El acné es una afección cutánea que se caracteriza por la aparición de granos, espinillas, puntos negros y quistes en la cara, el cuello, el pecho, la espalda y los hombros. El acné puede afectar a personas de cualquier edad, pero es más común en la adolescencia y la juventud, cuando las hormonas están en pleno cambio.
¿Qué es el acné hormonal?
El acné hormonal es aquel que está relacionado con las fluctuaciones hormonales que ocurren en el organismo, especialmente las de los andrógenos, que son las hormonas masculinas. Los andrógenos estimulan la producción de sebo, que es el aceite natural que lubrica la piel y el cabello. Cuando hay un exceso de sebo, los poros se obstruyen y se forman los comedones, que son los puntos negros y blancos. Si estos comedones se infectan con bacterias, se inflaman y se convierten en granos o espinillas.
El acné hormonal puede aparecer en diferentes etapas de la vida, como la pubertad, el ciclo menstrual, el embarazo, la menopausia, el síndrome de ovario poliquístico, el estrés o el uso de ciertos medicamentos, como los anticonceptivos o los esteroides.
Síntomas del acné hormonal
Los síntomas del acné hormonal pueden variar según la persona y la gravedad de la afección, pero en general se manifiestan como:
- Granos rojos, inflamados y dolorosos, que pueden contener pus.
- Espinillas o pústulas, que son granos con una punta blanca o amarilla.
- Nódulos o quistes, que son bultos grandes y profundos bajo la piel, que pueden dejar cicatrices.
- Puntos negros o comedones abiertos, que son poros tapados con sebo y células muertas, que se oscurecen al contacto con el aire.
- Puntos blancos o comedones cerrados, que son poros tapados con sebo y células muertas, que no se abren a la superficie de la piel.
El acné hormonal suele afectar más a la zona de la mandíbula, el mentón y el cuello, pero también puede aparecer en otras partes del cuerpo.
¿Cuáles son las causas del acné hormonal?
El acné hormonal tiene como causa principal el desequilibrio hormonal que provoca una sobreproducción de sebo, pero también puede estar influenciado por otros factores, como:
- La genética, que determina la sensibilidad de la piel a las hormonas y la tendencia a desarrollar acné.
- La alimentación, que puede agravar el acné si se consume demasiada grasa, azúcar, lácteos o alimentos procesados, que pueden alterar el nivel de insulina y de hormonas en el cuerpo.
- El estrés, que puede aumentar la producción de cortisol, una hormona que estimula la secreción de sebo y de andrógenos.
- La higiene, que puede empeorar el acné si se usa maquillaje o productos cosméticos que obstruyen los poros, si se toca la cara con las manos sucias o si se irrita la piel con limpiezas o exfoliaciones agresivas.
- El medio ambiente, que puede contribuir al acné si se está expuesto a la contaminación, el humo, el sol o el calor excesivo, que pueden dañar la barrera protectora de la piel y favorecer la inflamación y la infección.
Acné hormonal: prevención y tratamiento
El acné hormonal puede prevenirse y tratarse con una serie de medidas, que incluyen:
- Seguir una rutina de limpieza e hidratación diaria, que consiste en lavar la cara dos veces al día con un limpiador suave, sin alcohol ni fragancias, que no reseque ni irrite la piel. Después, se debe aplicar una crema hidratante ligera, recomendamos la Crema Hidratante Ligera de Avance Cosmetic, no comedogénica, que mantenga la piel hidratada y protegida. También se recomienda usar un protector solar adecuado para evitar las manchas y las cicatrices.
- Elegir productos cosméticos adecuados, que sean libres de aceites, no comedogénicos, hipoalergénicos y que no contengan ingredientes que puedan irritar la piel o provocar alergias. Se debe evitar el uso de maquillaje pesado o de larga duración, que puede obstruir los poros y empeorar el acné. También se debe retirar el maquillaje antes de dormir con un desmaquillante suave.
- Llevar una alimentación equilibrada, que incluya frutas, verduras, cereales integrales, legumbres, frutos secos, semillas, pescado y carnes magras, que aporten vitaminas, minerales, antioxidantes, fibra y ácidos grasos esenciales, que ayudan a regular el nivel de hormonas y de sebo en el cuerpo. Se debe evitar el consumo excesivo de alimentos ricos en grasa, azúcar, lácteos o alimentos procesados, que pueden desencadenar o agravar el acné.
- Reducir el estrés, que puede ser un factor desencadenante o agravante del acné hormonal. Se puede recurrir a técnicas de relajación, como la meditación, el yoga, la respiración profunda, el masaje o la aromaterapia, que ayudan a liberar la tensión y a equilibrar el estado de ánimo. También se puede practicar ejercicio físico moderado, que mejora la circulación, la oxigenación y la eliminación de toxinas de la piel, además de liberar endorfinas, que son las hormonas de la felicidad.
- No manipular ni reventar los granos, que puede provocar más inflamación, infección, sangrado, cicatrices y manchas en la piel. Se debe dejar que los granos se curen solos o acudir a un profesional para que los extraiga de forma adecuada.
El acné hormonal es una afección común que puede afectar la autoestima y la calidad de vida de las personas que lo padecen. Sin embargo, con un diagnóstico correcto, un tratamiento adecuado y unos hábitos saludables, se puede controlar y mejorar el aspecto de la piel.
Referencias bibliográficas
https://www.laroche-posay.es/article/acne-hormonal
https://www.medicalnewstoday.com/articles/es/acne-hormonal